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מארי

JESÚS LUCHÓ CON SU EGO INFERIOR Y SU EGO SUPERIOR GANO

El Amado Maestro trabajo el Ego y expandió él,  su Amor. Jesús va al desierto a auto-examinarse, y allí permanece cuarenta días. Sufre tres tentaciones. Las vence, regresa a los campos de Juan y comienza a enseñar. El precursor había pavimentado la vía; el Logos había sido presentado a los hombres como amor en manifestación. Y ahora tenía que comenzar su misión Crística.


Y se fue al desierto para estar solo con Dios de modo que pueda mirar al interior de su corazón, y darse cuenta de su fortaleza y de sus merecimientos.

Y hablo consigo mismo y dijo: mi ego inferior es fuerte; por muchos lazos estoy unido a la vida carnal.

¿Tengo yo fortaleza para vencerlo y dar mi vida en sacrificio voluntario por los hombres?

Cuando me presente ante los hombres y me exijan pruebas de mi misión mesiánica ¿qué les diré?

Y entonces vino el tentador y le dijo: Si eres hijo de Dios, ordena que estas piedras se conviertan en pan.

Y Jesús dijo: ¿Quién es el que me exige una prueba: NO es signo de que uno es hijo de Dios el que haga milagros; los diablos pueden hacer cosas poderosas.

¿No hicieron los magos negros grandes cosas ante los Faraones? Mis palabras y hechos en todos los caminos de mi vida serán la prueba de mi misión mesiánica.

Y entonces el tentador dijo: si te vas a Jerusalén y del pináculo del templo, te arrojas a la tierra, las gentes creerán que eres el Mesías enviado de Dios.

Seguramente puedes hacer esto, porque David dijo: El da orden a sus ángeles de cuidarle y con sus manos le sostienen para que no caiga.

Y Jesús dijo: No me es permitido tentar al Señor mi Dios.

Y entonces el tentador dijo: Mira el mundo, mira sus honores y su fama, mira sus placeres y su riqueza.

Si por ellos me das tu vida, ellos serán tuyos.

Jesús dijo: Aléjense de mí todos los pensamientos tentadores.
Mi corazón está fijo. Desprecio este ego carnal con todas sus ambiciones y su orgullo.

Por cuarenta días Jesús luchó con su ego inferior y su ego superior triunfó. Entonces tuvo hambre, pero sus amigos, que le habían encontrado, le sirvieron. Entonces Jesús dejó el desierto, y en la conciencia de la Santa Respiración, fue a los Campos de Juan y enseñó.
                                     
                                                               Levi. Dowling

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